jueves, 24 de marzo de 2011

24 de marzo Día Internacional por la Verdad

La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) declaró, por consenso de sus miembros, que el 24 de marzo, día que se conmemora la muerte de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, sea reconocido como el Día Internacional por el Derecho a la Verdad, en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas. El arzobispo salvadoreño, conocido por muchos como “la voz de los sin voz”, ha trascendido a la historia como un incansable defensor de los derechos humanos. Por tanto, la declaratoria de la fecha es una forma de rendir tributo a personas, que como Monseñor Romero, dedicaron su vida a promover los derechos humanos de todos. En octubre de 1979, recibió con cierta esperanza las promesas de la nueva administración de la Junta Revolucionaria de Gobierno, pero con el transcurso de las semanas, volvió a denunciar nuevos hechos de represión realizados por los cuerpos de seguridad.
Un día antes de su muerte, hizo un enérgico llamamiento al ejército salvadoreño:
Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del ejército. Y en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles... Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: "No matar". Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia, y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión. Óscar Romero
El día lunes 24 de marzo de 1980 fue asesinado cuando oficiaba una misa en la capilla del hospital de La Divina Providencia en la colonia Miramonte de San Salvador. Un disparo hecho por un francotirador impactó en su corazón, momentos antes de la Sagrada Consagración. Al ser asesinado, tenía 62 años de edad. Sus restos mortales descansan en la cripta de la Catedral Metropolitana de San Salvador. En 1993 la Comisión de la Verdad, organismo creado por los Acuerdos de Paz de Chapultepec para investigar los crímenes más graves cometidos en la guerra civil salvadoreña, concluyó que el asesinato de Monseñor Óscar Romero había sido ejecutado por un escuadrón de la muerte formado por civiles y militares de ultraderecha y dirigidos por el mayor Roberto d'Aubuisson, (fundador del Partido ARENA) y el capitán Álvaro Saravia, el cual, años más tarde confesó en una entrevista periodística su participación junto con importantes miembros empresariales del país, señalando a Mario Ernesto Molina Contreras, hijo del ex-presidente Arturo Armando Molina y a Roberto d'Aubuisson entre otros. D'Aubuisson, que murió en 1992 como consecuencia de un cáncer, siempre rechazó su vinculación al hecho. En 2004, una corte de los Estados Unidos declaró civilmente responsable del crimen al capitán Saravia, único de los involucrados aún con vida. El 6 de noviembre de 2009, el Gobierno salvadoreño presidido por Carlos Mauricio Funes Cartagena decidió investigar el asesinato de Romero para acatar un mandato de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos del año 2000. El 12 de mayo de 1994 la Arquidiócesis de San Salvador pidió permiso a la Santa Sede para iniciar el proceso de canonización. El proceso diocesano concluyó en 1995 y el expediente fue enviado a la Congregación para la Causa de los Santos, en la Ciudad del Vaticano, quien en 2000 se lo trasnfirió a la Congregación para la Doctrina de la Fe (en ese entonces dirigida por el cardenal alemán Joseph Ratzinger, actual Papa Benedicto XVI) para que analizara concienzudamente los escritos y homilías de monseñor Romero. Una vez terminado dicho análisis, en 2005 el postulador de la causa de canonización, monseñor Vicenzo Paglia, informó a los medios de comunicación de las conclusiones del estudio: “Romero no era un obispo revolucionario, sino un hombre de la Iglesia, del Evangelio y de los pobres”. El proceso seguirá nuevos trámites, que si son superados, podrían acercar la fecha en que Óscar Arnulfo Romero sea elevado a los altares como el primer santo y mártir de El Salvador.
Fenatral, se hace un deber publicar a través de este Blog esta nota que nos permita conocer, indagar y comentar la lucha que han desarrollado diferentes personajes de la historia mundial en post de la verdad.

Los hechos son muchos, pero la verdad es una. Rabindranath Tagore (1861-1941) Filósofo y escritor indio.

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