domingo, 5 de febrero de 2012

Violeta Parra Sandoval

La inconfundible cantautora Violeta Parra, quien nos dejara un 5 de febrero de 1967, no pasó inadvertida en nuestra sociedad, y ha sido un fuerte referente para todo el ámbito social de nuestro país.


Entre sus primeros discos, está el que grabó en 1952, Violeta escribió Por Qué los Pobres No Tienen, (cuya letra puedes ver en columna a la izquierda de este Blog) tema con el cual en 1954 obtuvo el premio Caupolicán al mejor intérprete. En 1960 grabó esta canción en Buenos Aires, pero allí fue prohibida su difusión, debido al compromiso político manifiesto en su contenido.
Con su estilo propio, los temas populares y los problemas sociales fueron una constante en las canciones de Violeta Parra. Y aunque su participación política no consistió en una militancia partidista destacada, se la ha caracterizado como “la voz de los marginados”.
Además del interés por cantar, desarrolló la necesidad de rescatar el folclore chileno característico de los campos. Paulatinamente, comenzó a investigar el folclore y a reunir la información necesaria para difundirlo. A partir de la década que comenzó en 1950, este trabajo se profundizó. Por medio de visitas, de casa en casa, Violeta recolectó información, rearmando las tradiciones culturales del canto chileno.

Violeta Parra reunió un promedio de 3.000 canciones y fue gestando el libro que más tarde se conocería como Cantos Folklóricos Chilenos. Gracias a su trabajo, junto al de otros, surgió un movimiento de revalorización de nuestro arte nacional, que llegaría a adquirir enorme importancia en la llamada Nueva Canción Chilena.
Aprovechó espacios como la radio, por ejemplo en Radio Minería y Radio Corporación, para difundir la cultura popular que ella rescataba. Fue premiada por la Sociedad de Autores y Compositores, Sochaico. A partir de sus trabajos, Violeta comenzó a hacerse conocida en el ámbito nacional. Era reconocida como comunicadora social. Su interés se reflejaba en las canciones, refranes, ceremoniales y leyendas.
Además, durante sus prolongados períodos de enfermedad, se mantuvo activa creando arpilleras, explorando con la greda y pintando.

Sus mejores años artísticos se dieron tras su largo viaje por Europa, Violeta Parra pasó por un buen período de creación y reconocimiento artístico. Comenzó a trabajar con sus hijos en una peña folclórica instalada por ellos en Santiago.
En 1965 levantó una carpa-peña propia en Maipú, que después trasladó a la comuna de La Reina. La carpa tenía una capacidad para mil personas. Allí, Violeta vivía, cantaba y recibía a sus amigos, hasta que, por causas poco esclarecidas hasta el día de hoy, a los cincuenta años, el 5 de febrero de 1967, incomprendida por el público chileno e incapaz de resolver sus problemas afectivos que la atormentaron toda una vida, de un disparo pone fin a su existencia en la Carpa de la Reina.
Para Fenatral, su gran legado cultural, traspasando fronteras, se ha mantenido en el tiempo, engrandeciéndose hasta convertirse en un valor universal, nos da el motivo que nos hace compartir con nuestros seguidores antecedentes de su obra, y hace un llamado a visitar la completísima página de la Fundación Violeta Parra.

Reflejo de la trascendencia ya por 45 años es la siguiente es la convocatoria al acto que todos los años realiza la célula “Sergio Garrido” del PC.
…Bonanzas y tempestades
son mis amigos sinceros
pero mi canto el primero
de todas mis amistades…
…Y fue el canto lo que nos amistó con Violeta desde que ella se “fugó”,
un día de 1967,
artistas de todos los oficios,
quisimos salir a su encuentro.

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