martes, 16 de septiembre de 2014

Víctor Jara Martínez, nacido en 1932 asesinado en 1973

De origen campesino, hijo de un inquilino y una cantora popular, Víctor Jara se transformó con su muerte el 16 de septiembre de 1973, en un referente de la música chilena y en un testimonio vivo de la creación artística popular.
Luego de deambular por Chillán Viejo y Lonquén, en 1944 llegó a Santiago junto a su familia. Su juventud estuvo marcada por sus estudios de contabilidad, su ingreso al Seminario de la Orden de los Redentores de San Bernardo y su cumplimiento del servicio militar obligatorio. Se incorporó en 1953 al coro de la Universidad de Chile, momento en que inició formalmente su incursión en la música que ya había sido motivada por la labor de interpretación y recopilación folclórica de su madre, Amanda Martínez. Conoció y se casó con Joan Joan Allyson Rowles Turner, profesora de Baile y admiradora del trabajo de Víctor, nacida en Londres, Inglaterra en 1927, quien incluso adopta el apellido de Víctor Jara a su muerte. Joan Jara, solo en el 2009 recibe la nacionalidad chilena por gracia, en función de sus aportes en la lucha por la democracia.
Víctor Jara es parte de la historia, nuestra historia, y sus composiciones son parte de la historia, y muchas de ellas entregan antecedentes de nuestra realidad como país en los años 50 y en los 60. 
En una emotiva ceremonia organizada por la Asamblea de Organizaciones Sociales y Culturales de Lo Espejo el sábado 13 de septiembre se inauguró el memorial en homenaje al cantautor Víctor Jara y a Littré Quiroga en el Cementerio Metropolitano, donde fueran encontrados ambos cuerpos sin vida, el 19 de septiembre de 1973, junto a otras tres personas asesinadas que hasta hoy no han podido ser identificadas
Se trata de una iniciativa “que surge de las organizaciones de este sector y que por 41 años han mantenido viva la memoria de Víctor Jara y de lo que ocurrió acá”, como parte del trabajo y compromiso de la ciudadanía por mantener viva la memoria, “sin los cuales probablemente no tendríamos avances en verdad y justicia sobre este crimen horroroso”.
También conmovida, la viuda del artista, Joan Jara, manifestó su satisfacción por poder dar forma a este tributo, expresando: “He estado muchas veces aquí, llorando, pero también celebrando los esfuerzos de los vecinos, de los jóvenes, por tratar de tener un lugar de memoria. Aquí hay cinco personas que fueron dejadas muertas. Tres de las que nunca vamos a saber quiénes eran”.
Asimismo, recalcó que “nuestros seres queridos llevan esperando la justicia formal durante 41 años y aunque hay señales de que un día tal vez podamos llegar a saber la verdad, esto es otra cosa. Pese a que el cielo está llorando, nosotros estamos celebrando, porque gracias al pueblo de este lugar, se hace la justicia, que es lo más importante, porque han decidido que nunca más van a olvidar a las personas que fueron botadas como carne muerta aquí”.
Vale la pena señalar que tras cinco días de torturas, luego de ser detenido el 11 de septiembre de 1973 en la Universidad Técnica del Estado, Víctor Jara fue asesinado. La autopsia determinó que el artista recibió 44 impactos de bala, siendo trasladado y abandonado luego de varios días en la intersección de Avenida Clotario Blest y Presidente Eduardo Frei en Lo Espejo.
La ceremonia, gestionada por la Asamblea de Organizaciones Sociales y Culturales de Lo Espejo, fue encabezada por Rosa Núñez, que destacó el esfuerzo de la comunidad por honrar al cantautor y al director teatral, realzando la construcción de cuatro, por dos metros y medio, que realizaron los trabajadores del Cementerio Metropolitano para guardar el recuerdo de ambos fallecidos.

Para Fenatral y sus dirigentes sindicales, a través de este blog, es una obligación etica mostrar a las generaciones más recientes, la estatura moral de este chileno que, más allá de su muerte, ha dejado muy en alto a los cantautores de la época, así como también nos ha mostrado una realidad en nuestras poblaciones que han acogido a muchos de nuestros compañeros trabajadores.

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