sábado, 23 de mayo de 2020

1960, Terremoto de Valdivia

Tal como más de alguna vez lo hemos expresado en ese Blog, para los directores de FENATRAL, y diferentes dirigentes sindicales, el compartir y estar en contacto con sindicatos en provincia, de socios y trabajadores mayores o con familiares cercanos que han tenido más de alguna vivencia, como la que recordamos en esta ocasión, la de haber sufrido hace seis décadas la muy fuerte experiencia con el Terremoto de Valdivia, que afectó a toda la zona sur, es por ello que no hemos querido pasarlo por alto y a modo de homenaje a los que lo sufrieron de una u otra manera, les presentamos este breve recuento de lo sucedido hace sesenta años.

Ese domingo 22 de mayo de 1960 comenzaba como cualquier otro día en la ciudad de Valdivia, el ajetreo de los pescadores y el mercado en las orillas del río Calle-Calle, si bien existía cierta tensión por el terremoto de 7.7 grados de magnitud en Concepción, sismo producido a las 06:02 del sábado 21 de mayo, donde se contabilizaron 12 epicentros en la península de Arauco, la que produjo daños en edificios y obras viales afectando principalmente a las ciudades de Concepción, Talcahuano, Lebu, Chillán, Cañete, Los Ángeles y Angol, no provocaba más alarma de lo que ya estamos acostumbrados en nuestra historia sísmica nacional, la que ha estado plagada de eventos de este tipo, por lo que la jornada comenzaba con la tranquilidad y la cotidianidad normal de esta bella ciudad. Para información más completa, pueden visitar la interesante página Viaje al Epicentro, elaborada por la Universidad Austral de Valdivia..

El reloj marcaba las 15:11 horas y un ruido subterráneo y ronco irrumpió la tranquilidad de los residentes de la ciudad de Valdivia, que a esa hora probablemente gozaban del sol otoñal, se vieron enfrentados por 10 largos minutos al mayor terremoto registrado en la historia de la humanidad, y que con sus 9.5 grados en la escala de Richter, se extendió por más 400.000 Kms2, devastando todo el territorio entre Talca y Chiloé, los científicos en estudios posteriores calculan que la energía liberada por este cataclismo es 20.000 veces más potente que la bomba lanzada en Hiroshima al final de la segunda guerra mundial

Veinte a treinta minutos después del terremoto, un Tsunami de gigantescas proporciones azotó la costas del sur de Chile, siendo arrasadas todas las localidades costeras desde Concepción a Chiloé, en el puerto de Corral, cercano a Valdivia, el nivel del mar se elevó sobre 4 metros antes de comenzar a retraerse rápidamente (cerca de las 16:10), arrastrando barcos ubicados en la bahía —principalmente los navíos Santiago, San Carlos y Canelos—. A las 16:20, una ola de 8 m de altura azotó la costa a más de 150 km/h, ocasionando la muerte de cientos de habitantes de diversas localidades. Diez minutos después, el mar volvió a retroceder, arrastrando ruinas de pueblos costeros para impactar nuevamente con una ola superior a 10 m de altura. Varios navíos resultaron completamente destruidos, salvo el barco Canelos, que encalló tras ser arrastrado por más de 1,5 km tierra adentro. Fuera de Chile, el país más afectado por el maremoto fue Japón, donde 139 personas perdieron la vida producto de olas superiores a los 6 m,​ especialmente en la región de Sanriku, al noroeste de la isla de Honshu. 21 personas murieron en las Filipinas y 2 en California, producto de olas entre 1,5 y 2 m. Similares eventos se registraron en Nueva Zelanda, Samoa y las islas Marquesas, aunque de menor magnitud. En Hong Kong, se registró un aumento en el nivel del mar de 0,3 m producto del sismo en Valdivia.​ Las olas más grandes se registraron en las islas Pitcairn (12,2 m) y la península rusa de Kamchatka (7 m), aunque la baja población en ambas regiones evitó mayores daños.

Los resultados de este desastre natural fueron la devastación de múltiples ciudades y la pérdida de cientos de vidas humanas. Gran parte del sur de Chile fue destruida por el terremoto y el posterior maremoto, se calcula que existieron un total de 962 muertos, 1410 desaparecidos y 160 heridos de diversa consideración, además de más de 20.000 personas damnificadas.

Cuando se cumplen 60 años de este desastre natural, uno de los tantos que nos han azotado a lo largo de nuestra historia, FENATRAL por intermedio de este Blog, reiteramos nuestro sentido homenaje a quienes vivieron esta difícil y traumática experiencia, pero que sin embargo, tal como siempre ha sido el espíritu de los chilenos, se pusieron de pie y reconstruyeron sus vidas desde los cimentos de la tragedia, volviendo a dar la belleza que caracteriza a la Cuidad de Valdivia y todos sus alrededores.


El sol puede morir y volver a nacer; pero nosotros una vez apagada nuestra breve claridad, hemos de dormir una sola y eterna noche”
Catulo

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