FENATRAL, sus dirigentes y sindicatos asociados, se hace un deber recordar lamentables sucesos como el que mostramos en esta ocasión, al cumplirse 100 años de la llamada Guerra de Chile Chico. Ello fue un enfrentamiento armado entre pobladores de la ribera sur del Lago General Carrera y policías chilenos en el año 1918.
Desde el Laudo Arbitral de 1902 -que fijó los límites internacionales en la Patagonia-, comenzó un lento proceso migratorio de colonos chilenos que entraron mayoritariamente desde territorio argentino y se instalaron para fijar soberanía en distintas zonas de Aysén.
En 1909, un grupo de ellos se asentó en la ribera sur del lago General Carrera, cercano al límite con Argentina, atraído por el peculiar microclima de la zona que permite el cultivo de cereales y la plantación de frutales. Sin embargo, en 1917, la avanzada colonizadora tuvo que hacer frente a un inesperado problema: las tierras fueron arrendadas al sueco Carlos Von Flack, a pesar de que estaban ocupadas. Organizados para impedir el desalojo de sus tierras y liderados por Antolín Silva Ormeño, a quien llamaban el general, los colonos se enfrentaron a los carabineros enviados a hacer cumplir las órdenes judiciales, matando a tres de ellos y expulsando a los demás.
Los hechos
Las tierras habitadas desde hacia unos años por chilenos llegados desde Argentina fueron rematadas en favor del solicitante Carlos Von Flack, pero ya estaban inscritas a nombre de los residentes, de manera que estos solicitaron que se reconocieran sus derechos sobre ellas o, en su defecto, que se realizara una tasación de las mejoras realizadas y un nuevo remate en que pudieran participar. Mientras se realizaban estas gestiones, ya estaba en marcha un tasador y un destacamento de carabineros que tenía orden de desalojarlos.
Al conocerse las noticias del avance de la policía, los residentes resignados, pensaron en retirarse con sus pertencias de vuelta hacia Argentina, pero uno de los colonos -José Antolín Silva Ormeño-, los convenció de que debían resistir, puesto que cumplían todas las ordenanzas del Estado. Enviaron a estancias argentinas a los niños, mientras que los hombres y las mujeres formaron patrullas de reconocimiento y se pusieron a vivir ocultos, a la espera de ver la forma en que actuaba la policía.
Manuel Jara fue enviado a servir como portavoz de los pobladores y guía del tasador y los carabineros, pero estos lo golpearon y amenazaron. El tasador se internó en la zona poblada y trabajada sin compañía policial, pero al día siguiente tuvo noticias de que los carabineros, a modo de amedrentamiento, estaban quemando casas y apoderándose del ganado. Cuando solicitó que estos actos se detuvieran fue apresado junto con Jara.
Las partidas de carabineros que se adelantaron al reconocer el terreno tuvieron un enfrentamiento con los pobladores, en que un colono y tres policías murieron. Los restantes policías fueron tomados prisioneros y llevados a la base de los colonos.
El oficial a cargo del desalojo continuó con la destrucción de los bienes de los colonos y luego cruzó la frontera, para refugiarse en una estancia argentina. Entre tanto, la prensa de ambos países informaba de los sucesos, contando distintas versiones según hubiera tenido de informantes a los colonos o a los carabineros. El gobierno argentino recibió el aviso de que había riesgo de que una banda de unos doscientos forajidos tenía la intención de seguir atacando a los carabineros y estancias argentinas, de manera que se envió un batallón del ejército a la zona.
Los sucesos de 1918 tuvieron gran impacto en la opinión pública, obligando al gobierno de la época -Juan Luis Sanfuentes A., 1915-1920- a realizar diversas gestiones en el congreso de Chile y con las autoridades argentinas, para evitar el enfrentamiento y anular el contrato de arrendamiento; a la par que consolidó la posición de los colonos frente a las grandes compañías ganaderas de la región. Las tierras fueron conservadas por los pobladores y pasado unos años la zona se fue perfilando lo que después sería reconocido oficialmente como el pueblo de Chile Chico.
Para no olvidar hechos importantes de nuestro campesinado, pobladores, trabajadores y buscando la igualdad entre nuestros pares, FENATRAL como ha sido habitual (Masacre de Puerto Montt, Matanza de Forrahue, etc), en esta ocasión trajo a la memoria este hecho muy lamentable de la historia no enseñada de Chile: "La Guerra de Chile Chico", invitamos a nuestros amigos, socios y dirigentes a leer e indagar acerca del tema, para que no se nos olviden hechos importante de nuestra historia, ya que para algunos conviene olvidar el pasado, e incluso se tiene contemplado eliminar el ramo de Historia de Chile, del programa escolar.
Mayor información en Memoria Chilena: Guerra de Chile Chico
“Sin historia no tenemos identidad nacional”
Importante es no olvidar que cada una de las conquistas tanto territoriales como Sociales han estado manchadas de la sangre de nuestros compañeros pobladores.
ResponderEliminarUn pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro
Así ha sido por largo tiempo, esperamos que con nueva Constitución -que también ha derramado mucha sangre- las cosas cambien
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