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Somos la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores de Empresas Lácteas y de los Alimentos de Chile, FENATRAL, fundada el 21 de marzo de 1988.
Federación abierta que agrupa Sindicatos de Soprole, Prolesur, Comercial Santa Elena, Quillayes-Peteroa, Lácteos del Sur, Diana Naturals, Lácteos Kumey, Recex y recientemente Sindicato de empresa Elabal y al día de hoy, congregamos sobre los dos mil trabajadores.
Estamos afiliados a la Confederación del Alimento de Chile, Confedach, y a través de ella a la Central Unitaria de Trabajadores, CUT y a la Unión Internacional de Trabajadores del Alimento, U I T A.
Los invitamos a participar en este proyecto, compartiendo información, navegando en los temas expuestos, enviando sus comentarios, aportes y críticas, e invitando a otras organizaciones y amigos a visitar y a enlazar esta página.
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miércoles, 28 de marzo de 2012

Por qué marzo??

Chile, considerado por mucho tiempo como uno de los escasos países de América Latina con una larga tradición democrática, tampoco queda fuera de la lista negra de estados cuya historia está llena de represión y matanzas. Y lamentablemente al recorrer la historia es posible detectar que el mes de marzo ha estado marcado dolorosamente por diversos hechos, que Fenatral, a través de este Blog, considera un deber moral mantener en la memoria de todos los Chilenos.
La Masacre de Marusia, Marzo de 1925.
Fue la respuesta del gobierno de Chile bajo la presidencia de Arturo Alessandri, a una huelga por los trabajadores de una mina de salitre que conduce a más de 500 muertos, más de noventa por ciento son huelguistas o sus familiares. La oficina (mina de salitre) de Marusia estaba localizada en las estribaciones de los Andes en la provincia de Antofagasta. En marzo de 1925, los trabajadores mineros se declararon en huelga para exigir mejores salarios, una jornada laboral más corta, y mejores condiciones de trabajo. Si bien las negociaciones estaban teniendo lugar entre los ejecutivos de la empresa y los representantes de los trabajadores, el ingeniero británico que dirigió la mina, un hombre muy odiado por su hábito de azotar a sus trabajadores, fue encontrado muerto cerca de la mina. Un ingeniero de Bolivia fue acusado del crimen y ejecutado sin un debido proceso por decisión de los propietarios de la empresa.
El sindicato, bajo el liderazgo de Domingo Soto, tenía miedo de represalias, y especialmente de otra masacre como la que había sucedido unos años antes en San Gregorio, por lo que decidió tomar varias medidas preventivas. Se pusieron en contacto con las otras minas, y propusieron volar las vías del ferrocarril con el fin de impedir la llegada de los rompehuelgas. El gobierno, al tener conocimiento de los disturbios, respondió enviando a cuarenta soldados bajo el mando del capitán Gilberto Troncoso, conocido como la "Hiena de San Gregorio" por su comportamiento violento.
Las mujeres de Marusia se organizaron bajo la dirección de Selva Saavedra, y decidieron resistir el avance de las tropas. Cuando los soldados llegaron, entraron a la ciudad disparando. Un grupo de trabajadores respondieron lanzando cartuchos de dinamita en ellos, matando a varios soldados y apoderándose de sus armas. Entonces, los trabajadores organizaron una contraofensiva, tomando el relevo el depósito de explosivos de la mina y el corte de los cables telegráficos. El capitán Troncoso, se vio obligado a retirarse.
Los refuerzos del Ejército llegaron en la forma de un batallón de 300 hombres bajo el mando del Coronel Pedro Schultz. Ellos atacaron la ciudad en medio de la noche y la ametrallaron a la vista todo el mundo. Cientos de personas murieron, entre ellos mujeres y niños - el número exacto nunca fue debidamente establecido. Un grupo de trabajadores fueron capaces de montar una defensa apresurada, lanzando cartuchos de dinamita sobre el avance de las tropas, y se las arreglaron para matar a 36 soldados y herir a otros 64. Los mineros sobrevivientes escaparon con sus familias en las altas montañas. Esto puso fin a la huelga de inmediato, pero el conflicto estalló de nuevo a menos de dos meses más tarde, y condujo a la Matanza de La Coruña.
Valparaíso, 30 de marzo de 1957,
En Valparaíso se había constituido un amplio Comando Contra las Alzas. Lo formaban la CUT, las federaciones de estudiantes de las universidades Católica y de Chile, la Confederación Marítima, el Frente de Acción Popular, el Partido Radical, la Falange Nacional, la Federación de Estudiantes Secundarios y la municipalidad porteña. El comando confeccionó un plan de acciones que el miércoles 27 de marzo de 1957 se inició con mítines relámpago de obreros y estudiantes. Se repitieron el jueves y viernes. El sábado 30, masivas marchas recorrieron las principales calles del puerto. Culminaron con un mitin en la Plaza O’Higgins, a pesar de que las autoridades habían negado la autorización. Irrumpió la policía reprimiendo a los manifestantes que marchaban por las calles de Valparaíso, disparando contra los manifestantes y quedaron numerosos heridos y un muerto.
Santiago, martes 2 de abril de 1957
La noticia del asesinato de Alicia Ramírez (01 abril), alumna de la escuela de Enfermería de la Universidad de Chile, aumentó la indignación. Poderosas marchas recorren las calles. La policía se vio impotente para contener a los manifestantes. Entonces, el gobierno sacó tropas del ejército a la calle, al mando del general Horacio Gamboa Núñez, jefe de la Guarnición de Santiago.
Al mismo tiempo, las autoridades ordenaron abrir las puertas de las cárceles: decenas de delincuentes salieron a quebrar vitrinas y saquear tiendas y negocios del centro de Santiago. Desataron el caos, creando condiciones para una sangrienta represión. Soldados y carabineros disparaban sus armas contra la gente desarmada, que se defendía con piedras.
En la noche del martes 2 de abril, el general Gamboa leyó por cadena nacional de radios un “parte de guerra” de lo que calificó como “batalla de Santiago”. Informó que la situación estaba controlada y que el “enemigo” tuvo 18 muertos y 500 heridos.
Posteriormente, la cifra oficial de asesinados subió a 21. Pero todo indica que la cantidad real fue superior.
Los trabajadores de la mina de cobre El Salvador emprendieron una huelga de solidaridad con los de la mina El Teniente, quienes protestaban contra el costo de la vida; la tropa, mandada por el coronel Augusto Pinochet, abrió fuego contra los mineros. Hubo 8 muertos y 60 heridos. Asesinato de trabajadores en el mineral de cobre de El Salvador el 11 de marzo de 1966. 8 muertos y 37 heridos fue el saldo de la represión. La orden de atacar a los trabajadores, sus mujeres e hijos, en el interior del local del sindicato obrero, por tropas regulares, emanó del ministro de defensa de la época, a cargo de Juan de Dios Carmona.
El diputado socialista Luis Espinoza asesoraba a las familias en la ocupación como respuesta ante la negativa de las autoridades de concederles parcelas para construir sus viviendas. Durante los cinco días siguientes se vivió una calma tensa con visitas de los carabineros comandadas por el comisario Rolando Rodríguez Marbán, que el mismo sábado 8 de marzo llegó a decir a los pobladores que estuviesen tranquilos y que trazaran bien las calles no preocupándose ya que nadie les molestaría. Pero al día siguiente las Ordenes del Ministerio del Interior hicieron cambiar radicalmente la situación.
En la madrugada del sábado al domingo el diputado socialista Luis Espinoza fue detenido y acusado de infracción a la Ley de Seguridad Interior del Estado por organizar seis ocupaciones anteriores, llevándole preso a la ciudad de Valdivia. Al amanecer, doscientos cincuenta carabineros asaltaron, por orden del ministro del Interior Edmundo Pérez Zujovic y de su intendente en la provincia de Llanquihue, Jorge Pérez, a los ocupantes de la Pampa Irigoin. Estos, en previsión del ataque, habían preparado un rudimentario sistema de alarmas a base de latas atadas con alambre a baja altura que provocaron un gran ruido que les despertó. Las versiones de lo que pasó después son contradictorias, pero los hechos no: las chabolas fueron incendiadas y once ocupantes murieron acribillados por las balas de las metralletas de los carabineros.
Hermanos Vergara Toledo, Villa Francia, 29 de marzo de 1985.
Ese día, los dos hermanos Vergara Toledo son interceptados por un furgón de carabineros al mando del oficial Marcelo Muñoz; iban también en el vehículo el subteniente Ambler Hinojosa y los cabos segundos Jorge Marín y Nelson Toledo.
Al verse acorralados, los hermanos Vergara intentaron ocultarse en unos blocks de departamentos. Pero fueron sorprendidos por Muñoz y Marín, que portaban sub ametralladoras UZI y un revólver. Frente al block 972 – C, se escucharon los primeros disparos. El cabo Muñoz fue herido por sus propios compañeros.
Eduardo Vergara Toledo, el mayor de los hermanos, cayó muerto por impactos de balas. Rafael quedó herido de gravedad. Se acercó a su hermano y lo trata de abrazar. Carabineros lo golpearon y subieron al furgón policial. Se escuchó un disparo. Rafael, que tenía 18 años, fue asesinado con un balazo en la nuca.
Ambos cuerpos fueron abandonados en plena vía pública.
Su familia, en especial sus padres, han llevado durante largos 27 años el pesar de no compartir momentos sencillos con sus seres queridos, y su madre, la valiente señora Luisa Toledo, expone en este vídeo su visión sobre la violencia, -pronunciado con el corazón de madre- términos que compartimos plenamente.
Tres Profesores Degollados, Santiago, 30 de marzo de 1985
El 28 de marzo de 1985 fueron secuestrados, en acciones paralelas, Santiago Nattino cerca de su domicilio, cuatro dirigentes de la AGECH y una secretaria en el taller de Comunicaciones de la AGECH. Posteriormente, el 29, fueron secuestrados, desde el Colegio Latinoamericano, José Manuel Parada y Manuel Guerrero. En esa acción fue herido el profesor Leopoldo Muñoz de la Parra, al intentar oponerse a la detención de ambas personas.
El día 30 de marzo, aparecieron los cadáveres degollados de Parada, Nattino y Guerrero, en un sitio baldío de la Comuna de Quilicura.
Los carabineros involucrados en este crimen pertenecían a la DICOMCAR (Dirección de Comunicación e Informaciones de carabineros) al GOPE (Grupo de Operaciones Especiales) y a la Brigada Aeropolicial de carabineros.
Responsables: el general de carabineros César Mendoza (que debió renunciar el viernes 2 de agosto de 1985) y otros 16 carabineros.
Para Fenatral, sus dirigentes y Sindicatos afiliados, el poder mostrar escuetamente estos acontecimientos originados como represión a gestiones naturales y reivindicativas de trabajadores organizados que dan a conocer y luchan por sus necesidades, -para que ellas sean retribuidas por sus empleadores-, por manifestarse de manera solidaria con sus semejantes, o simplemente por pensar distinto, es una valiosa oportunidad de invitar a sus seguidores a buscar en la web mayores antecedentes sobre estos y otros hechos penosos de nuestra historia.
Llamamos a recordar, además, que estos y otros funestos acontecimientos, son hechos que nunca debieron haber sucedido.

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