Un 23 de septiembre de 1973, fallece Pablo Neruda, nuestro más grande poeta, Premio Nacional 1945, y Premio Nobel de Literatua 1971, reconocido en todo el mundo, donde se ha mostrado su obra con poemas traducidos a diversos idiomas y musicalizado por diferentes grupoe e intérpretes.
En una entrevista con Matilde Urrutia, se le pidió a la esposa de Pablo Neruda que describiera los días finales del poeta chileno. Ella respondió que la mañana del 11 de septiembre de 1973, mientras desayunaban en su casa de Isla Negra, escucharon la noticia que el presidente Allende había muerto. Poco después, se anunció que nadie podía salir de su casa. Sufriendo de cáncer, el poeta se puso bastante enfermo al escuchar la noticia de la muerte de su amigo. Sin embargo, como nadie podía salir de su casa, su enfermera no podía llegar a Isla Negra con los medicamentos que Neruda necesitaba. Quedaron así, aislados en Isla Negra. Matilde añadió que dos o tres días después, llegaron emisarios del estado para revisar la casa. No encontraron nada, y salieron cortésmente.
Finalmente, Matilde y Pablo regresaron a la capital el 19 de septiembre. Aunque Neruda nunca había tenido problemas del corazón antes, cuando llegaron al hospital, el médico les dijo que Neruda necesitaba un cardiólogo. El cardiólogo vino, le prescribió algo, y se fue rápidamente, sin duda, con algo de miedo. Al día siguiente, llegó el embajador de México para decirle a Neruda que debía irse a México. El presidente de dicho país, Luis Echeverría Álvarez, le había invitado y podría mandar un avión para llevarlo a México. A pesar del peligro que enfrentaba, Neruda le dijo que no podría dejar a Chile.
El 21 de septiembre, después de enterarse que su casa en Santiago, "La Chascona", había sido destruida, Matilde convenció a Pablo a irse a México. Mientras Matilde buscaba en Isla Negra algunas de sus cosas, los amigos de Neruda llegaron al hospital para informarle de todo lo que estaba pasando en el país. Cuando Matilde regresó, lo encontró muy molesto, y no pudo tranquilizarlo. Para calmarlo, la enfermera le dio un tranquilizante. Después de dormir la noche y el día siguiente, Neruda murió el 23 de septiembre de 1973.
El funeral de Neruda fue un evento importante para la gente chilena. Los que habían querido a Neruda llegaron de todas partes para rendirle homenaje al poeta, cantando el himno nacional de Chile y la Internacional. Según Agosín, fue una demostración de coraje de la gente chilena. A pesar de la represión de la dictadura, salieron a la calle por el hombre que había cantado por ellos y por su país.
Para Fenatral, es un deber conmemorar y recordar una vez más, este hito de nuestra historia cultural y social, por ello comparte con sus seguidores estas breves líneas.
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