Nuevo tropezón de la transnacional en América Latina
Foto: elquintopoder.cl
El nuevo gobierno de Chile anunció el retiro de la llamada “ley Monsanto”, un proyecto que había elevado la propia presidenta Michelle Bachelet al final de su primera gestión. Es la segunda victoria regional sobre la transnacional, después de la suspensión de la construcción de una megaplanta en la ciudad argentina de Malvinas Argentinas.
La “ley de obtentores vegetales” entregaba “a transnacionales como Monsanto,Syngenta, Pioneer/Dupont y Bayer, productoras de semillas híbridas y transgénicas, amplias garantías a costa de los derechos de los campesinos y campesinas y del patrimonio genético del país”, recordó en un comunicado difundido el martes 18 la campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile (YNQT).
Esa coalición y otras asociaciones y personalidades protagonizaron movilizaciones en todo el país desde 2009, cuando la entonces –y actual- presidenta Bachelet remitió al parlamento su iniciativa.
Por entonces, la desinformación ante los riesgos que presentaba el proyecto era generalizada, en particular sobre la posibilidad de que una transnacional, la norteamericana Monsanto, que no paraba de realizar un trabajo de lobby “intenso pero secreto” en favor de la ley, se hiciera con el control del patrimonio genético chileno, dice el grupo de asociaciones.
Las movilizaciones incluyeron desde manifestaciones callejeras hasta gestiones ante los parlamentarios que debían votar el texto.
Una nueva conciencia
“A medida que los ciudadanos comenzamos a ejercer vigilancia sobre la postura de los senadores, una mayoría de legisladores se informó y se unió a quienes se opusieron tempranamente a la ley.
En 2013 Michelle Bachelet, interpelada por la Red de Semillas Libres del Wallmapu, reconoció que la iniciativa impactaba negativamente en la soberanía alimentaria y la biodiversidad; y en sus regiones, los senadores Eugenio Tuma y Juan Pablo Letelier se manifestaron contra la Ley Monsanto”, señala el comunicado de la coalición.
Agua, tierra y semillas, indispensables para
la soberanía alimentaria
La llegada al gobierno, de Ximena Rincón, una ex senadora que durante la legislatura pasada fue una de las más duras opositoras al proyecto en el parlamento y que acaba de asumir como ministra secretaria general del gabinete, fue tomada como un buen signo por la coalición. Y de hecho tuvo efecto en la decisión del Ejecutivo, el lunes 17, de retirar el proyecto de ley.
Hay una nueva conciencia en Chile y en el mundo “sobre el valor de la agricultura familiar campesina y de la agroecología como alternativas reales para enfrentar problemas como el cambio climático y la necesidad de contar con más y mejores alimentos para la población”, dice el conglomerado de asociaciones.
“Agua, tierra y semillas son componentes esenciales para lograr la soberanía alimentaria, objetivo perseguido por la campaña YNQT en Chile, entendido como el derecho de todos y todas a decidir libremente sobre los alimentos que cultivemos, compremos y cocinemos, tomando en cuenta nuestra cultura tradicional y sin que esto quede en manos de las transnacionales que monopolizan el comercio de la semilla”.
Malvinas Argentinas, la primera
Semanas atrás, en enero, la decisión de la justicia de la provincia argentina de Córdoba de frenar la construcción de un complejo de tratamiento de semillas en la localidad de Malvinas Argentinas, había supuesto un primer gran paso atrás paraMonsanto en la región.
La planta argentina está proyectada como una de las mayores en el mundo de la transnacional norteamericana, con una inversión de más de 1.600 millones de dólares en un gigantesco predio de 30 hectáreas.
El fallo judicial fue producto de un recurso de amparo presentado por vecinos y asociaciones reunidos en la coalición Malvinas lucha por la vida, que desde setiembre pasado bloquea los accesos a los terrenos en que se estaba desarrollando la obra.
La justicia resolvió entonces que los trabajos en Malvinas se paralizaran hasta tanto Monsanto entregara un informe de impacto ambiental.
La transnacional lo entregó en febrero, pero fue rechazado, esta vez por la Secretaría de Medio Ambiente cordobesa.
Los vecinos festejaron, “pero con cautela”, según dijo un portavoz de Malvinas lucha por la vida. “Ganamos dos batallas, pero no la guerra, porque Monsanto no cejará.
Sus directivos dicen que vinieron a Córdoba para quedarse por lo menos 200 años.Tienen tiempo y medios de sobra como para insistir. Será cuestión de no bajar los brazos”.
FENATRAL, sus sindicatos afiliados, socios y trabajadores, hacen propio esta importante nota, y hace un llamado a sus seguidores a socializar este tema tan relevante para nuestro frágil sistema de salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario