Somos la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores de Empresas Lácteas y de los Alimentos de Chile, FENATRAL,
fundada el 21 de marzo de 1988.
Federación abierta que agrupa Sindicatos de Soprole, Prolesur, Comercial Santa Elena, Quillayes-Peteroa, Lácteos del Sur, Diana Naturals, Lácteos Kumey, Recex y recientemente Sindicato de empresa Elabal y al día de hoy, congregamos sobre los dos mil trabajadores.
Estamos afiliados a la Confederación del Alimento de Chile, Confedach, y a través de ella a la Central Unitaria de Trabajadores, CUT y a la Unión Internacional de Trabajadores del Alimento, U I T A.
Los invitamos a participar en este proyecto, compartiendo información, navegando en los temas expuestos, enviando sus comentarios, aportes y críticas, e invitando a otras organizaciones y amigos a visitar y a enlazar esta página.
Una Página Web de Verdad vale más que 100 mentirosos canales de Tv
Patricio Manns, Angel Parra Isabel Parra, Victor Jara, Rolando Alarcón
En todo ser humano, la fecha de nacimiento, en este caso un 28 de septiembre de 1932 en
Quiriquina, San Ignacio, Ñuble, puede ser más importante que la de su muerte,
pero cuando esta muerte es para acallar a un hombre sencillo pero que a través
de sus canciones y sus obras de teatro que dirigió, compartiendo con los más
humildes, los más alegres o los más estudiosos, enseñaba mucho a todo aquel que conociera sus
cualidades, hasta que fuera injustamente detenido y asesinado por las fuerzas
militares, tras el golpe militar de 1973, lo convirtió en un ser inolvidable,
que pese a que han transcurrido 47 años nos acompaña día a día, de una u otra
forma y que en este año en que Chile despertó con la imagen, las canciones, las
frases y el actuar de un inmortal: Victor Jara Martínez.
FENATRAL a través de este blog, no
puede dejar de realizar un sentido homenaje al gran Víctor Jara, consientes que
cada vez existe mayor información en las redes sociales –la vía libre de
información-, en las que se le han realizado múltiples homenajes por su inconmensurable
obra musical, que continúa traspasando fronteras, siendo toda su obra
reconocida en el mundo entero. La información más completa de toda la extensa tarea de Víctor Jara, su trayectoria y su presencia aún al día de hoy, que perdurará cada vez con más fuerza por el valor que tiene, se puede encontrar en la entretenida y amena página de la Fundación Victor Jara .
Un 16 de setiembre de 1973 es arrojado el cuerpo sin vida de Víctor Jara
en las afueras del cementerio metropolitano de Santiago de Chile. Junto a él
yacía Littré Quiroga, director del Servicio de Prisiones, que también había
sido hecho prisionero en el Estadio Chile, conocido hoy como Estadio Víctor
Jara en homenaje al cantautor.
En la mañana del 11 de septiembre de 1973, Víctor Lidio Jara Martínez
tenía planificado cantar en un acto de Salvador Allende en el campus de la
Universidad Técnica del Estado (UTE), donde el Presidente pensaba llamar a un
plebiscito para que el pueblo decidiera si seguía o no en el poder. El acto
estaba fijado para las 12 horas.
Víctor Jara llegó a las 11 con su guitarra y los organizadores del acto
de Allende le preguntaron si no sabía lo que estaba pasando. “Claro que sé, pero oí por la radio
Magallanes que había que ir a sus puestos de trabajo. Bueno, yo trabajo acá y
acá estoy”, respondió el cantautor, que también era director teatral de la
UTE. Tenía casi 40 años.
Tras el toque de queda de las 2 de la tarde, cerca de 600 académicos,
estudiantes y funcionarios –incluido Jara-decidieron quedarse. En la madrugada
del 12, los militares asaltaron a balazos la UTE y a punta de metralletas
sacaron del campus a los detenidos. Los subieron a golpes a buses de la
locomoción colectiva y los llevaron al Estadio Chile.
Otro de los detenidos, el periodista Sergio Gutiérrez, contó que el
artista “tenía numerosos hematomas en los pómulos, se notaba pálido, muy débil.
Su mirada estaba perdida”. Apenas pudo reconocerlo, lo saludó y le preguntó
cómo estaba, a lo que Víctor Jara le respondió: “Mira mis manos… mira mis manos… me las machacaron para que nunca
volviera a tocar la guitarra…”.
Gutiérrez recordó que “sus manos, esas milagrosas manos cuyos dedos
deleitaban a millares de trabajadores e intelectuales al pulsar las cuerdas de
la guitarra para acompañar sus canciones de protesta y esperanza, ya no eran
tales. Estaban hinchadas y parecían tener un solo dedo, gordo y recubierto de
sangre. Las pocas uñas que le quedaban estaban negras en su totalidad. Eran las
manos más golpeadas que había visto en mi vida”.
También invitamos a volver a revisar artículos de años anteriores
Por fin todo estuvo dispuesto. Con el ataúd sobre un carrito de ruedas,
estábamos listos para cruzar hasta el cementerio. Al llegar a la puerta nos
encontramos ante un vehículo militar que entraba con más cadáveres. Alguien
tenía que ceder el paso… el conductor tocó la bocina y nos hizo ademanes
airados, pero permanecimos inmóviles y en silencio hasta que retrocedió para
dar paso al ataúd de Víctor. La caminata hasta el lugar del cementerio donde
Víctor sería enterrado debió de llevarnos entre veinte y treinta minutos. El
carrito chirriaba, y rechinaba sobre el pavimento irregular. Caminamos y
caminamos…
Fragmento del libro: Víctor Jara, un canto inconcluso, de Joan Jara.
“La Historia es Nuestra y la hacen los Pueblos”, con esas palabras contenidas en el último discurso del Presidente Salvador Allende Gossens aquel fatal 11 de septiembre de 1973, se ponía fin al primer gobierno socialista democráticamente elegido en el mundo.
Repasemos un poco la historia con la que se gestó este extraordinario acontecimiento electoral, que haría que las grandes potencias dominantes en ese entonces a través de la cortina de hierro y la oligarquía chilena sumaran sus fuerzas para arrebatarnos ese triunfo y las transformaciones sociales que tanta sangre y sufrimiento había constado a lo largo de la historia de nuestro País.
Para las elecciones del día 4 de septiembre del año 1970, que elegiría al sucesor del entonces Presidente de la República, el demócrata cristiano Eduardo Frei Montalva, se presentaron tres candidatos de diferentes coaliciones:
Salvador Allende Gossens, Médico Cirujano y militante del Partido Socialista de Chile, quien representaba a la colación de partidos de Izquierda denominada Unidad Popular, UP, que representaba al antiguo Frente de Acción Popular compuesto por los partidos Comunista y Socialista, además de incorporar a los partidos Radical, Mapu y la API. El candidato Allende ya había participado de tres elecciones anteriores (1952, 1958, 1964) por lo que recaía en él un duro escepticismo por parte de algunos sectores integrantes de la UP.
Jorge Alessandri Rodríguez, ex Presidente de Chile durante el período 1958–1964, Ingeniero y empresario, fue respaldado por el Partido Nacional y del reciente creación, Partido Democracia Radical, quien si bien había tenido un gobierno lleno de dificultades, la popularidad que gozaba era mayor que la de los demás contendientes de la derecha de la época. También sumó el apoyo de diferentes organizaciones entre las que se encontraban la Liga Alessandrista, el Partido Democrático (liderado por Alberto Jiménez C.), el Frente Evangélico Alessandrista, la Nueva Acción Cristiana, la Unión Nacional Independiente de Trabajadores Alessandrista, la Legión de Trabajadores General Ibáñez, el Comando Integrado Trabajadores Alessandrista, el Frente Cívico Militar, el Comité de Pobladores Tomicistas (conformado por militantes democratacristianos), Chile Joven, y el Movimiento de Renovación Nacional.
Rodomiro Tomic Romero, Abogado, fue electo candidato del Partido Demócrata Cristiano en la Junta Nacional de la colectividad el 15 de agosto de 1969, de tendencia más alejada de la postura de centro que caracterizaba a este partido durante esa época, fue apoyado incluso por el presidente en ejercicio solo por el hecho de no romper una amistad de toda una vida y así de esa manera frenar al candidato Salvador Allende. Tomic alguna vez incluso planteó la posibilidad de una alianza electoral con la UP, que nunca llegó a concretarse.
Las campañas electorales estuvieron envueltas en un clima de participación popular y política tremenda, mientras Allende proponía una transición pacífica al socialismo, “la vía chilena al socialismo, con olor a empanadas y vino tinto”, que se basaba en la Nacionalización del Cobre y de las empresas claves de la nación, la creación del “Poder Popular”, profundizar la Reforma Agraria y una serie de medidas que concluían en la transición al socialismo, por su parte la derecha, personalizada en el candidato Alessandri, amenazaba con el peligro que significaría lo que ellos consideraban una dictadura marxista-leninista, que destruiría todas las bases de la sociedad, y prometía a sus electores la vuelta al sistema económico liberal que había practicado durante sus seis años de gobierno, el restablecimiento del orden, además de un retroceso en los cambios radicales que se proponían en temas de la reforma agraria, la reforma universitaria, etc.
Mayores antecedentes de lo vivido en esa época, pueden encontrarlo directamente en Documentos Ciper
Dentro de este raro clima electoral, se produjo un hecho que irritó de sobremanera a la oligarquía y la derecha económica del país, cuando en una entrevista en El Mercurio se le preguntó al Comandante en Jefe René Schneider por la actitud a ejercer del ejército si ninguno de los dos candidatos obtenía mayoría absoluta, a lo que él señaló que debía responder el congreso pleno, según lo establecido en la Constitución (de 1925) y que el ejército se apegaría totalmente a los postulados de la carta fundamental (ésta sería la base de la doctrina Schneider).
Sin embargo, a pesar de todas estas condiciones adversas, la jornada del 4 de Septiembre de 1970 se desarrolló con las elecciones presidenciales en un clima de orden y tranquilidad, sin embargo, el intervencionismo norteamericano, la derecha y el mismo gobierno de Frei, que aún siendo las 11 de la noche no daban los resultados, comenzaron los rumores del desplazamientos de tanques del ejército, el entonces canciller Gabriel Valdés abre línea directa con el candidato Allende, le confirma los rumores, y le adelanta que sería el ganador de las elecciones, pero no es hasta las 01:25 minutos del día 5 de septiembre que se confirma y da por ganador de las elecciones a Salvador Allende Gossen, quien con una diferencia de 34 mil votos aventajó al candidato de la derecha. Saliendo a uno de los balcones de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y desde allí dirigió las siguientes palabras:
“Soy tan solo un hombre con todas las flaquezas y debilidades de todo hombre y si supe soportar las derrotas de ayer, acepto hoy sin reservas y sin espíritu de venganza este triunfo que nada tiene de personal. Respetaré los derechos de todos los chilenos pero también declaro que cumpliremos el compromiso histórico que hemos contraído y que contiene nuestro programa. Si era difícil la victoria, más difícil será consolidar el triunfo y construir la nueva sociedad... Miles y miles de hombres sembraron su dolor y su esperanza en esta hora que al pueblo le pertenece. Cómo siento en lo íntimo de mi fibra de hombre, cómo siento en las profundidades humanas de mi condición de luchador lo que cada uno de ustedes me entrega. Esto que hoy germina es una larga jornada. Yo solo tomo en mis manos la antorcha que encendieron los que antes que nosotros lucharon junto al pueblo y para el pueblo... Irán a su trabajo mañana o el lunes, alegres y cantando al futuro. Con las manos callosas del pueblo, las tiernas manos que solo un pueblo consciente y disciplinado podrá realizar.” Para luego finalizar “El hecho de que estemos contentos no significa que vayamos a descuidar la vigilancia. Ustedes se van a retirar a sus casas sin que haya asomo de provocación y sin dejarse provocar.”
Después de la alegría inicial vinieron los difíciles y duros días en espera del pronunciamiento del Parlamento reconociendo la justa victoria obtenida en las urnas, sin contar que desde ese momento la oposición encarnizada y la intervención directa del Gobierno de Nixon, la CIA y medios de comunicación como El Mercurio, periódico que dedicó violentas y extremadamente amenazadoras editoriales en contra de la ratificación por parte del Congreso Nacional de la elección de Allende. El punto culmine de esta tenebrosa trama estuvo en manos del propio ejército quien a través del general Roberto Viaux ejecutó el secuestro de general René Schneider, y el día 22 de octubre al llevarlo a cabo y en el intento de defenderse, fue brutalmente baleado, falleciendo el 25 de octubre.
El día 24 de octubre se realizó la votación donde sufragaron 195 parlamentarios, al finalizar el recuento el presidente de la cámara Tomas Pablo Elorza cierra la sesión declarando “De acuerdo con los artículos 64 y 65 de la Constitución Política, el Congreso Pleno proclama Presidente de la República de Chile por el período comprendido entre el 3 de noviembre de 1970 y el 3 de noviembre de 1976 al ciudadano Salvador Allende Gossens. Se levanta la sesión”.
Este convulsionado año 2020, en la que nos hemos visto enfrentados nuevamente a un tránsito histórico, en que el mes de octubre debemos elegir si aprobar o rechazar la redacción de una nueva constitución y el método del órgano que la redactará ya sea por una convención constitucional o una convención mixta constitucional, entregando la posibilidad a que la ciudadanía y el pueblo se exprese tal como lo hiciere hace 50 años, durante esa histórica jornada del 4 de septiembre de 1970, fecha que los obreros, campesinos, trabajadores, estudiantes, profesores, mineros, pusieron sus esperanzas en el proyecto de un país más justo e igualitario para toda la ciudadanía.
Desde FENATRAL, a través de este blog, hacemos un sentido recuerdo a tan importante fecha, en la que por primera vez sentimos cada uno de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país que pertenecíamos a una verdadera revolución, así, a la chilena, entre cuecas, chicha, vino, empanadas y ese olor a libertad e igualdad que tanta falta nos hace.
Este octubre viviremos una situación similar y en honor y en recuerdo al Presidente Salvador Allende, más la gesta de todos esos jóvenes dispuestos a cambiar el mundo, acudiremos nuevamente a las urnas y votaremos