Tal como lo hemos mencionado en más de una
ocasión, existen fechas que no deben ser borradas de la memoria de los
trabajadores conscientes y sensibles de nuestro país, por lo que en esta
oportunidad recordamos lo que sucedió en una zona de mucha cercanía con nuestra
labor sindical y social, la provincia de Osorno, zona en que el 19 de octubre de
1912, la Matanza de Forrahue, en una masacre en la que fueron acribillados
por la policía de la época, 15 huilliches -8 mujeres
y 7 hombres- que se resistían al desalojo desde su territorio, que era
reclamado por un particular. Fenatral, a través de este Blog, no puede pasar por alto, el recuerdo de este
lamentable hecho, por ello compartimos y hacemos nuestro,
extractos de diferentes publicaciones muy completas, en la web, Matanza de Forrahue: 15 mapuches…, Matanza de Forrahue: La versión…, LA MATANZA DE FORRAHUE, que invitamos leer
completo y compartir.
Ese 19 de octubre, a eso de las 5 y media de
la mañana, salió desde Osorno un contingente compuesto por unos 45 policías y
guardianes, al mando del mayor Julio Frías, rumbo al sector denominado
Forrahue, ubicado a unos 15 Km al oeste de dicha ciudad. Junto con los
funcionarios policiales iba un periodista del periódico osornino “El Progreso”
(de tendencia liberal) y el preceptor judicial Guillermo Soriano encargado de
fiscalizar el desalojo de un grupo de familias mapuche, “ocupantes ilegales” de
los terrenos del llamado Fundo Forrahue.
Dicha
orden de desalojo fue dictaminada a favor del particular Atanasio Burgos
Villalobos quien, habiendo agotado todos los medios judiciales y extra-judiciales
para legitimar la propiedad de los terrenos adquiridos fraudulentamente por su
padre, logró obtener una sentencia judicial para expulsar a los mapuches de las
tierras que ancestralmente habían habitado.
La matanza
de Forrahue no está incluida en la historia nacional, ni menos se enseña en los
colegios de Osorno, pese a su relevancia en el devenir de la provincia.
La Historia oficial de Chile,
aquella hecha de héroes y sucesos memorables que se enseñan en los colegios y
universidades, la que conmemora efemérides y nombres ilustres, está construida
sobre olvidos y negaciones premeditadas. Es un espacio mítico donde no tienen
cabida las matanzas obreras ni el despojo de tierras y matanzas de los pueblos
originarios, onas, yaganes, huilliches, mapuches, rapanui, etc. Esos
acontecimientos no construyen historia, no aparecen en las páginas de los
textos escolares, ni fueron recordados en este bicentenario. Para la Historia
oficial son acontecimientos esporádicos y aislados, casualidades ocurridas en
la construcción de una sociedad. Pero durante el siglo XX correspondían a la
lógica de represión de una justicia, ejército y policías al servicio de las
oligarquías gobernantes.
En el recuento de armas, realizado
después de la matanza, se descubrió que los Mapuche tenían
“cuatro
escopetas, un rifle, siete cuchillos, una lanza antigua, tres machetes, dos
hechonas, una hacha, un fierro largo, un martillo i cuarenta i tres garrotes [sic]”.
Para Fenatral, sus
directores y sindicatos afiliados, y lo reiteramos una vez más, es una
obligación ético-moral, mantener vivo el recuerdo entre sus socios y
trabajadores en general, de este y otros lamentables sucesos que afectaron a trabajadores o
campesinos, muy en especial considerando la nula cobertura en los medios de
comunicación habitual, y que son la fuente de "información" de muchos
chilenos. Estos y otros ejemplos de unidad, convencimiento y solidaridad, es de
importancia fundamental para demostrarnos cuán lejos estamos de esa grandiosa
lealtad con sus compañeros de clase.
Hacemos un
llamado a indagar mayor
información, compartirla con sus compañeros de trabajo, con su
entorno social o familiar y comentarla en este blog, o en otros sitios de la
web.